Una cuidadosa selección, clasificación y control del proceso de producción y envasado nos permite elaborar aceites de gran calidad y reconocimiento, a la altura de los rigurosos requisitos del panel de cata de aceite del Bajo Aragón. 

Las aceitunas son recogidas cuidadosamente tanto mediante sistemas de recolección tradicional manual como mediante sistemas mecanizados que garantizan una alta calidad en la aceituna cosechada.  Después de su recolección, son trasladadas rápidamente a nuestra almazara, para la producción inmediata del aceite, el cual se extrae siempre en frío (temperatura controlada inferior a 27°) y solamente mediante procedimientos mecánicos, sin que el producto sufra ningún tipo de transformación que altere sus características naturales.   

Nuestras instalaciones se dividen por zonas, en función de las fases del proceso de fabricación del aceite: zona de recepción de las aceitunas, zona de molturación, bodega de almacenaje del aceite y sala de envasado. 

Almazara Gil Egerique utiliza las últimas tecnologías al servicio de la calidad: nuestro sistema continuo de centrifugación a dos fases, conocido por ser respetuoso con el medio ambiente puesto que requiere una cantidad mínima de agua y no provoca ningún residuo ni vertido ya que el agua se elimina junto con el orujo, contrariamente al modo de eliminación de residuos de los sistemas de centrifugación  a tres fases o al de las almazaras de prensas antiguas. 

Nuestra almazara es autolimpiable: los subproductos derivados de la producción del aceite pasan directamente a un depósito de almacenamiento a través de tubos de acero inoxidable evitando así cualquier vertido.  Estos subproductos (alperujo y agua de vegetación) son posteriormente recogidos por empresas especializadas en su reciclaje y con ellos se elabora aceite de orujo, fertilizantes, etc.  

Nuestra bodega de almacenaje es isotérmica: la mantenemos siempre a una temperatura constante de 17° para garantizar la correcta conservación del aceite antes de su envasado. 

Todo nuestro aceite es envasado a mano en nuestra almazara, situada en la villa de Maella y a tan solo 3 kilómetros de media de nuestras fincas, lo cual minimiza el tiempo transcurrido desde la recolección de las aceitunas hasta su molturación garantizando así un aceite de gran frescura y un total control de la calidad.